NARCOTRÁFICO - TERRORISMO – CORRUPCIÓNPor: Pascual E. Alejo Rettiz
Periodista Analista
¿En verdad se combate al narcotráfico, a los terroristas, y a todos los mafiosos de la corrupción?
Es posible que esto no sucede aquí en el Perú, y en los países comprometidos con estos males de la sociedad. Francamente NO. Pues, los que enarbolan la bandera de lucha contra el narcotráfico y contra los temas de terrorismo, son quienes están percudidos en actos propios de la corrupción disfrazados con una mafia de varios siglos.
Algunos regímenes no tienen una visión cierta sobre el desarrollo sostenido de su sociedad segura, donde impere paz y tranquilidad para sus ciudadanos. Sino que tratan de ocultar las decisiones genocidas y aventureras en perjuicio de otras naciones, violando todo derecho humano y natural, al que muy bien se puede llamar “terrorismo legalizado”, como el caso de los Estados unidos en Irak; en Cuba, por citar a dos países con historias distintas en diferentes tiempos, pero ampliamente conocida por la humanidad.
Los países desarrollados vienen manifestando su preocupación, ante la supremacía de la droga, quienes se han visto mellados por los capos del narcotráfico, los mismos que están inmersos en las elites empresariales de su aristocracia, e incluso en algunos políticos que llegaron al poder con el sucio dinero de la mafia corrupta y ruin de: cocaína, trata de blancas, robo y traición al país, entre otros delitos que al fragor de los dólares se olvidan o arreglan su historia y pasado delictivo.
Hoy frente al problema de la coca, en Perú, en EE. UU., en Bolivia, en Colombia, en México y entre quienes tienen que ver con estos problemas sociales de la PBC (compra - venta), no basta salir al balcón y decir, como: “ataquen e investiguen a los barones de la coca”. Y, ante la solicitud de los campesinos cocaleros de la cuenca del Huallaga, se diga: “no negociamos con narcoterroristas, que siga la erradicación de la hoja de coca”, de manera intolerante, abusiva, con detenciones arbitrarias contra quienes reclaman justos derechos de su única sobrevivencia por la incapacidad de los gobernantes de turno y por los propios dirigentes cocaleros que por su humildad en algunos casos y en otros por beneficios personales, han llevado este tema al fracaso de buscar y encontrar soluciones pacificas y verdaderas, para miles de familias cocaleras de hacer producir la tierra de manera legal.
Este problema social compromete a todos los peruanos, es decir a todos los líderes locales, regionales y nacionales, no solo es un tema de coca. NO. Nosotros afirmamos convencidos que la solución, es legalizar la producción y la comercialización de la hoja de coca para fines lícitos, los cuales deben tener un valor agregado industrial, para el alimento nutricional y medicinal del hombre, en diferentes ‘derivados’, y de ninguna manera permitir los productos tóxicos de cocaína que sí, deben ser penados ejemplarmente.
Se dice que el Perú es el principal productor de la hoja de coca. Entonces es una de nuestras principales fuentes de riqueza, a la que debemos de inmediato y sin demora legalizarla para su cultivo, partiendo de un censo real de productores de todas las cuencas cocaleras del país. Nuestros ingenieros industriales y los profesionales afines deben poner sus buenos oficios para elaborar un ‘MEGA PROYECTO INDUSTRIAL DE LA COCA’, como bandera de un producto de calidad y de permitido consumo humano y mundial.
Los ‘paros campesinos cocaleros’, la represión, la bomba, la detención, el maltrato, el golpe y la puya entre compatriotas deben ser una página del pasado en este tema, si el gobierno define su posición frente a un problema suyo de enmienda, y no dejar estos problemas sociales a los Gobiernos Regionales, porque estos son decisiones y políticas del Gobierno Central, repetimos antes de precisar alegremente que: “los cocaleros son narcoterroristas o narcotraficantes”, lo cual nosotros diferenciamos, porque quienes siembran la tierra en las zonas selvícolas son campesinos y quienes laboran o fabrican la pasta básica de cocaína (PBC) son narcoquímicos; quienes compran y venden son narcotraficantes y quienes tienen protección y asistencia de los delincuentes terroristas son narcoterroristas, pero de ninguna manera los campesinos cocaleros, ellos son campesinos agricultores de coca.
En esta coyuntura el panorama es difícil pero no imposible de solucionar. El camino ya se dijo, es la industrialización de la hoja de coca para el consumo legal humano y de todo ser viviente. Nos corresponde trabajar en esa dirección, sin correrle ni horrorizarnos de sus bondades. Que por demás está referirnos de su historia milenaria de nuestra planta milagrosa (1532), como aquel del Imperio Yarowilca (Huánuco) mucho antes de los Incas, que consumía hoja de coca para restar la fatiga y el cansancio, así como un alimento de los antiguos peruanos, que años más tarde se comprueba por el médico y científico nacional Hipólito Unanue definiéndolo como “architónico del reino vegetal” por su alto valor nutricional.
Publicado por: La coca loca company.blogcindario.com
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